lunes, 9 de noviembre de 2009

TRATAMIENTO DE DEFICIENCIAS RENALES

El tratamiento de los pacientes con IRA puede ser conservador o mediante técnicas de dialisis, lo que será objeto de otro apartado de este libro. El manejo conservador requiere una actuacion a varios niveles, lo que a veces hay que hacer de forma simultánea. Este tratamiento incluye en primer lugar el diagnostico y correccion de las causas potencialmente reversibles, tratando de prevenir un posible daño adicional. En segundo lugar, y una vez el daño renal esté establecido, es preciso atenuar la lesión tubular o acelerar su recuperación en los casos de NTA de origen isquémico o tóxico a la vez que se tratan las alteraciones y complicaciones que provoca esta nueva situación de fracaso renal.

Todos los pacientes con IRA que acuden a la Unidad de Urgencias requieren ingreso hospitalario, en principio en la zona de Observación si son de causa prerrenal y posteriormente en el Servicio de Nefrología si son de origen renal o en el Servicio de Urología si la causa es postrenal.


Disminución del volumen circulante efectivo. Se aplicaran los protocolos de tratamiento de los distintos tipos de shock, de la insuficiencia cardiaca, etc., correspondiente a cada situación clínica concreta y que han siso desarrollados en otra parte de este libro.


IRA obstructiva

El único tratamiento de urgencia es la desobstrucción e incluye fundamentalmente:

  • El sondaje vesical por via urteral, o si es necesario suprapubica ,en los casos de patología prostatica.
  • La nefrostomia percutánea en los casos de obstrucción supravesic


IRA parenquimatosa

En los casos de IRA secundaria a patología glomerular, intersticial, vascular, etc., se aplicaran los protocolos específicos para cada caso, lo que escapa del objetivo de este libro.


Tratamiento de la Necrosis Tubular Aguda

Como previamente hemos reiterado la IRA establecida y concretamente la necrosis tubular aguda que ocurre en las UCI, es consecuencia del efecto sumatorio de varios factores contribuyentes, tales como hipotensión, sepsis, fármacos nefrotóxicos y uso de la ventilación artificial con presión positiva intratorácica, entre otros. En esta situación, una serie de medidas pueden, sino evitar la necesidad de terapia renal sustitutoria mediante hemodiálisis, o diálisis peritoneal por ejemplo, si al menos transformar una IRA oligúrica en otra no oligúrica lo que permitirá cuanto menos un mejor manejo del enfermo.

Esta medidas son generales e inespecíficas y se dirigen a crear un “ambiente favorable” que permita la pronta restitución de la función renal. Muchas de ellas fueron expuestas al hablar de la prevención de la IRA. Comentamos 3 aspectos fundamentales al estudiar la fisiopatología de la NTA:

1º.- Pérdida de la autorregulación de la perfusión renal, que puede agravarse por ejemplo con medicaciones vasoactivas mal empleadas (vasoconstrictoras de la arteria aferente glomerular como los AINEs o dilatadoras de la arteriola eferente como los IECAs), disminuciones de presión arterial secundarias a deplección de volumen, hemorragias o deficiente empleo de técnicas dialíticas, de forma que la hipoperfusión renal resultante, pude agravar o inducir daño tubular recurrente.

2º.- La mayor parte del consumo de oxígeno en el riñón es consecuencia de la reabsorción de sodio y de la concentración de la orina. Existe evidencia de que, reduciendo este trabajo, puede impedirse en parte la lesión tubular.

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